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¿Quién es tu simiente?

  • Foto del escritor: MM EDITORES
    MM EDITORES
  • 12 nov 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 21 mar 2019

Puede sonar repetitivo decir que este nuevo año nos pondremos nuevos retos, nuevas expectativas, cuando las verdad es que todo está en nuestra mente, el cambio siempre radica de nuestra manera de ver la vida, de sonreír frente a los conflictos, de indagar más en las virtudes de los momentos en los que todo sale de nuestro control, lamentablemente toda la vida me he topado con gente que nunca cambió su perspectiva, que siempre mantuvo la misma simiente pecadora, y ahí edificó su pensamiento.




Todos conocemos la parábola de los dos cimientos, un hombre quería construir su casa y lo hizo sobre la Roca, demoró mucho cavó, se esforzó mucho pero vinieron las lluvias las tempestades y siguió firme, otro construyó su casa sobre la arena, fue muy rápido menos esfuerzo, vino la lluvia y tempestades y la casa se derrumbo porque no tenía un buen fundamento (Lucas 7:46-49); en la vida cristiana esto significa que debemos estar cimentados en la Roca que es Cristo.

Pero hay algo más, cuando nos arrepentimos, y pasamos por el periodo de la regeneración llegamos a algo sumamente valioso denominado nuevo nacimiento, y no es como Nicodemo lo pensó volver a salir de vientre de su madre, sino que cambias tu simiente, como dice

1 Juan 3:9 "Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios".

Ahora esto es un trabajo forzoso, horas y horas de oración, consagración, firmeza, fe, amor, y muchas personas se rinden antes de alcanzar la nueva simiente y quedan estancados en un proceso que se torna oscuro y frío donde oran si, se congregan si, pero basados en un régimen y no en amor, basados en su misma cimiente pecadora que jamás fue transformada, y se vuelven los famosos religiosos, que critican a otros cristianos, que difaman, que mienten, que ponen a otros a su favor sin importar el costo, que dañan, que usan la palabra de Dios a su conveniencia, que dicen que Dios les habla pero su corazón realmente está lejos de él, solo buscan mantener la imagen que alguna vez si supieron llevar en sus hombros que era la de hijos de Dios, mientras que ahora son solo gente que conoce de Dios, pero no sus hijos, aunque ellos creen que saben mucho de aquel al que realmente dejaron de seguir, por seguir lo que ellos pensaron que Dios quería y no lo que él en su misma palabra y a través de Los Ángeles de su iglesia les enseñan.

Este nuevo año, indaga en tu ser, y analiza que es eso que aún no te permite tener la cimiente de Dios, aún eres solo una persona que se atribuye el título de hijo de Dios o uno que sigue esforzándose hasta el final para obtener la Corona de vida como lo menciona Santiago 1:12 "Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman".

Así que esforcemos por ser cristianos verdaderos cuya simiente sea la de Dios y no la de su propia imaginación, sabiendo que la Biblia es clara al decirnos en 1 Pedro 4:18 "Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?". No juguemos con nuestra fe, ni hagamos lo que sabemos que es malo, porque ya es tiempo de cambios, donde ser un buen Cristiano sea dar ejemplo en todos lados y no solo ser de bien cuando alguien te ve, porque Santiago 4:17 nos dice: "el que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es contado como pecado".

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